Éter

En la ciencia y la filosofía antigua, se pensaba que el éter era el material que llenaba el vacío y el medio por el cual se propagaban la luz y otros fenómenos celestes. Se creía que era una sustancia omnipresente, inmaterial y sutil que conectaba todos los elementos del cosmos, actuando como un puente entre lo tangible y lo intangible.

Esta sala toma como referencia el concepto del éter para retratar un momento en la conciencia que nos sitúa en un instante donde podemos observar el vacío de nuestra mente y la expansión de luz que sucede en su interior. La luz, en su viaje a través de este vacío, simboliza la revelación de ideas, emociones y estados de ser que normalmente están ocultos en nuestro subconsciente.

A veces, el espacio se llena de tonos rojos y oscuros, representando los momentos de introspección profunda, conflicto interno y emociones intensas. En otros momentos, la sala se ilumina con claridad y luminosidad, simbolizando la comprensión y la iluminación que surgen cuando exploramos y aceptamos nuestra verdadera esencia.